25 jun 2016

UN DIA PERFECTO

Dissabte 9 de juliol - 22 h - Plaça de l'Esglèsia


Títol original: A perfect day
Direcció: Fernando León de Aranoa
Guió: Fernando León de Aranoa; basat en la novel·laa “Dejarse llover”, de Paula Farias
País:  Espanya, 2015
Fotografia: Àlex Catalán
Música:  Arnau Bataller
Muntatge: Nacho Ruiz Capillas
Interpretació: Benicio del Toro (Mambrú), Tim Robbins (B.), Olga Kurylenko (Katya), Mélanie Thierry (Sophie), Fedja Stukan (Damir), Eldar Residovic (Nikola)
Durada: 105 minuts
Versió: original en castellà
Qualificació: No recomanada per a menors de 12 anys

Premis 2015:
Premi Goya al millor guió adaptat;
Premi David di Donatello: Nominat a millor film de la Unió Europea;
Premis Feroz: millor comèdia, director i guió.



Sinopsi
Més que en el conflicte armat en si, la pel·lícula se centra en les seves conseqüències, en com quan pràcticament es dóna per finalitzada la contesa, les ferides segueixen obertes. Un grup de cooperants, com cobais en un laberint, tracten de resoldre situacions malmeses en un delirant paisatge bèl·lic en una zona de conflicte. Però la tasca més simple es converteix aquí en una missió impossible, en què el veritable enemic potser és la irracionalitat.
El director de cinema social més destacat del cinema espanyol, Fernando León de Aranoa, signa el seu projecte més internacional en Un dia perfecto, ambientada a la guerra dels Balcans i amb un repartiment encapçalat per Benicio del Toro i Tim Robbins.

Fernando León se va a la guerra

Por Jesús Ruiz Mantilla

El arte sirve, entre otras cosas, para destacar el valor del sentido común frente al
absurdo. Fernando León de Aranoa (Madrid, 1968) parece haberse aplicado esta máxima para contar un conflicto como el de los Balcanes desde el primer plano de su negra e inquietante película Un día perfecto. El cadáver de un anónimo prominente, transformado en pesado trozo de carne, se eleva hacia la luz tirado de poleas desde un pozo de agua oscuro como el rastro inmóvil de los cuervos.
A partir de ahí, León de Aranoa traza su viaje hacia la sinrazón guiado más por la simbología de los objetos y los animales que por cualquier
otra ley. Mediante la fuerza de un balón capaz de alcanzar mayor sentido que el de los pactos entre instituciones supranacionales. O confiado en la brújula de las vacas sobre un sendero que esquive minas, mientras sufre el hedor del agua contaminada, cuando ésta únicamente cuenta con la fuerza del principio de Arquímedes para purificarse…
En Un día perfecto, Fernando León regresa a la ficción tras cinco años de ausencia desde su anterior película, Amador. Lo hace logrando esa sensación de incomodidad que te ata a la
butaca pero al mismo tiempo te provoca querer salir corriendo del cine. “Quería trasladar un peligro permanente mezclado con humor, un manejo de la historia que no te deje tranquilo porque sabes que puede pasar algo a cada rato. Un viaje desde el espacio más punk y desinhibido hacia la oscuridad”.
Para ello recurrió al aliento romántico atravesado por la hiriente realidad de unos cooperantes encarnados por estrellas internacionales como Tim Robbins, Benicio del
Toro u Olga Kurylenko. Voluntarios en una escombrera, que tratan de esquivar la sinrazón sobre el terreno sembrada a partes iguales entre contendientes, ventajistas sin escrúpulos y mediadores internacionales.
La clave reside en el tono. En un sabio recochineo ante el drama, que emparenta más con La vaquilla que con Apocalypse Now. “A los actores les atraía el contexto, el grupo de trabajadores humanitarios y la actitud menos
reflexiva, nada conmiserativa de la historia. Hubiese sido un error hacerlo de otra forma. Resultaría muy fácil pasarse y plantear una película hagiográfica sobre cooperantes”.

Para colocarles en situación, el director contó con su experiencia sobre el terreno y con los amigos que hizo en los Balcanes cuando rodó algunos documentales en el año 1995. También con la aportación y el punto de partida que le dio Paula Farias, autora de Dejarse llover, la novela en que se basa el guion de Un día perfecto. “Los senté con cooperantes de confianza, resultó apasionante, qué pena no
haberla filmado. Les regalaron un disparate de anécdotas salvajes que incluían drama permanente con risotada final. Esa cuota de inconsciencia que te ayuda a resistir desde dentro”.
El cruce entre lo imperceptible y la confusión es lo que más sorprendió en su día a Fernando León en pleno conflicto bosnio: “Una de las cosas que me traje de aquel viaje fue la percepción de un laberinto, de un lugar donde resulta muy difícil ordenar nada. Frente a otras cosas que esperas, el drama, el horror, la impotencia, asoma por todas partes. No
necesitas ir para imaginártelo. Pero la confusión permanente, el no saber qué pasa, comprobar que los propios protagonistas no entienden qué ocurre, fue lo que más me impactó".
Por eso no se podía permitir el lujo de mostrarse infiel al latido de la propia historia. De ahí surgió esa necesidad de coherencia a la hora de armar la película. Una obra aderezada con ese tono y los resquicios de lógica que le aportan el contundente y sutil minimalismo de una mujer conduciendo
ganado o la tozuda necesidad de un niño a la hora de aferrarse a un balón.
La película trata también de los desvíos truculentos de lo asentado: escarnios que quedan a expensas de las bestias mediante la fuerza y la ausencia de autoridad que les colocan otros en bandeja. Cuando un desaguisado parece a punto de arreglarse, llega Naciones Unidas y lo pone todo patas arriba de nuevo. “Un lugar donde la mujer que se ocupa de guiar a las vacas en medio de campos que puedan estar preñados de minas representa todo un ejemplo de sentido común. La primera víctima en cualquier conflicto humano, lo que inmediatamente salta por los aires, es la razón”.
Este grupo de cooperantes trata de recomponer el caos en un lugar de Europa marcado por el mito de Sísifo desde la I Guerra Mundial. La piedra que asciende la montaña puede ser ese cadáver sacado del pozo en el primer plano, que ya nubla de absurdo toda la película: “No es que el agua discurra corrompida, queda podrida la lógica. Unos actúan por odio, otros por miedo, todos disponen de una buena razón para no colaborar. La guerra es esa enfermedad que convierte a los hombres en niñatos caprichosos”.

13 jun 2016

"NUESTRO ÚLTIMO VERANO EN ESCOCIA" de Andy Hamilton y Guy Jenkin




Título original
What We Did on Our Holiday
Año 2014
Duración 95 min.
País Reino Unido
Directores Andy Hamilton, Guy Jenkin
Guión Andy Hamilton, Guy Jenkin
Música Alex Heffes
Fotografía Martin Hawkins
Reparto: Rosamund Pike, David Tennant, Billy Connolly 
Productora BBC Films / Lipsync Productions / Origin Pictures
Género: Comedia Dramática

Version doblada al Castellano

Sinopsis
Doug y Abi son dos padres normales que tienen tres hijos encantadores aunque muy excéntricos. Cuando el estrés de ser padres pone en peligro su estabilidad mental y su matrimonio, deciden realizar un viaje a Escocia con sus hijos. Allí participarán en una gran reunión familiar y se reencontrarán con Gordie, el increíblemente extravagante padre de Doug. Sin embargo, lo que prometían ser unas vacaciones para la reconciliación pronto se convierte en un campo de minas no exento de situaciones hilarantes en el que rencores familiares, malentendidos y egos maltrechos conforman el orden del día. Cuando los niños precipitan un giro inesperado en los acontecimientos, la familia se ve obligada a aparcar sus diferencias y a colaborar, pues de lo contrario corren el riesgo de perder aquello que más aprecian.

Apta para todos los públicos. 


Premios

2014: Seminci de Valladolid: Sección oficial largometrajes a concurso

Comentarios Profesionales.

"El animado tono de Pequeña Miss Sunshine (...) de la primera media hora sufre un “feliz” vuelco (...) A partir de entonces, gana brío y, gracias al manejo del trío de niños, la comedia oscurece sus lentes y afina sus dardos (...) Puntuación: ★★★½ (sobre 5)" 
Javier Cortijo: Cinemanía 
"Mejor cuanto más loca, y algo más rutinaria cuando acude al tono dramático, la película se goza de cabo a rabo" 
Javier Ocaña: Diario El País 
"Un material muy impresionante y muy entretenido. (...) Puntuación: ★★★★★ (sobre 5)" 
Peter Bradshaw: The Guardian 

VIERNES 17 DE JUNIO. 20:30 HORAS. LA VIOLETA


Dejad que los niños se acerquen?
Crítica de José Manuel Ruiz



Fresca, provocadora, divertida y tierna son algunos de los adjetivos que pueden delimitar los entresijos de "Nuestro último Verano en Escocia". Comedia estival que cierra la programación del Cineclub Altafulla hasta que pasen los calores. Absolutamente british, esta película muestra a un matrimonio en horas difíciles que decide visitar a su abuelo enfermo en su cumpleaños. El vértice está en evitar que los niños se enteren ni de la enfermedad del abuelo ni de la situación del matrimonio y eso siempre es algo impredecible. 



Andy Hamilton y Guy Jenkin son conocidos cómicos y guionistas de la escena británica con dilatada experiencia a sus espaldas. Ambos facturaron la conocida serie "Outnumbered" y Hamilton también está detrás de la serie infantil "Peppa Pig". Su dominio del tiempo se hace patente en esta película, donde su principal baza como directores es dominar a unos niños irreverentes, cuyas réplicas a los adultos gustaran al público, sin caer en la redicha o en el chiste previsiblemente fácil, además de ser protagonistas de las más disparatadas escenas.




La comparación con "Pequeña Miss Sunshine" parece casi inevitable, pero el molde lo rompe la interpretación de un veterano Billy Connolly, quien reivindica su bagaje sin llegar a eclipsar el resto del elenco protagonista. Sus tándems con los niños son sencillamente magistrales. 




El panorama interpretativo lo completan una histriónica y ciertamente encantadora Rosemund Pike, conocida internacionalmente por su papel como Miranda Frost en la película de la serie Bond "Muere otro día" o por protagonizar "Perdida" junto a Ben Affleck. Y cierra David Tennant, conocido protagonista de la serie de la BBC "Doctor Who" en su etapa moderna. 

Ambos tendrán la llave de un entramado que se iniciará con un halo de "feel good" exacerbado, pero que irá ganando en intensidad, volviéndose cada vez más oscura e hiriente, hasta dar un vuelco al que las películas con tendencia a lo edulcorado no nos tienen demasiado acostumbrados. 





"Nuestro Último Verano en Escocia" es un canto a vivir, sin más. En un fresco vasito de limonada en una tarde de verano donde todo cambia. Divierte, emociona y da que pensar. Ideal para empezar la temporada de chanclas y factor 50 con una sonrisa y buena dosis de humanidad. 


12 jun 2016

Presentación "INCIDENCIAS" Con Juan Cruz

El pasado 3 de Junio, Link Enllaç Social tuvo el placer de contar con la presencia del director de cine Juan Cruz en La Violeta, con motivo de la presentación de la película "INCIDENCIAS" dirigida por José Corbacho y el propio Juan Cruz. 

"INCIDENCIAS" es una divertida comedia ambientada en un tren de alta velocidad. Un 31 de diciembre, a las 16:30 horas, un tren que va de Barcelona a Madrid se detiene sin causa aparente en medio de un solitario paraje. Incomunicados y bajo un temporal de viento y nieve, la inquietud y la desconfianza calan entre los catorce pasajeros, provocando con su disparatada conducta que salga a relucir lo peor de ellos. 

Más de cien personas asistieron al estreno de la película en Altafulla. Tras la proyección, el público tuvo la oportunidad de comentar sus opiniones con Juan Cruz. 


Historias sobre las vivencias que muchos de los asistentes han tenido en sus viajes en tren y que se vieron reflejadas en la película. Anécdotas de rodaje, como el hecho de que las escenas del interior del tren se rodaron en decorados y mediante reconstrucciones por ordenador ante la negativa para poder rodar en un convoy, o las dificultades pasadas por el equipo técnico para rodar la circulación de los trenes a la salida de las estaciones. Comentarios y preguntas sobre la interpretación de los actores y el buen hacer de todos ellos para llevar a cabo la película. Estas fueron algunas de las cosas que se hablaron tras la proyección. 

El debate se centró en conocer ese "making of" que siempre hay detrás de cada producción cinematográfica, pero también en el trasfondo que la película quiere mostrar sobre el comportamiento humano. 

Los prejuicios, el racismo, la xenofobia son temas que están presentes en la película y de los que Juan Cruz debatió abiertamente con los asistentes, dando lugar a considerar que a veces este tipo de comportamientos intolerantes están más presentes en lo cotidiano de lo que aparentemente parece, llegando a ser suficiente para descartar la opinión de alguien por el simple hecho de no vivir en tu mismo pueblo o ciudad. 

También se habló sobre como las situaciones inesperadas pueden transformar a las personas hasta hacerlas sacar lo peor de sí mismas. Así, Juan Cruz lo explicó muy gráficamente con una frase que el personal que trabaja en los trenes le había dicho en alguna ocasión: "Cuando un tren se para, lo primero que se acaba es la bebida alcohólica, después la comida y después la buena educación".

El público asistente disfrutó mucho con la película y agradeció la oportunidad de poder hablar abiertamente con el director. 


Cuando la vida descarrila
Crítica de José Manuel Ruiz

Probablemente, una de las cosas más complicadas en el mundo del arte, de cualquier tipo de arte y toda creación artística lo es, sea el innegable y agazapado reto de superarse a sí mismo con cada nueva propuesta. Todo el mundo tiene un gran disco, un gran libro o una gran película que le frotará los pies constantemente y a veces incómodamente a lo largo de su carrera. Corbacho y Cruz son seguramente conscientes hasta el hartazgo de la altura en la que situaron el listón con "Tapas" y muchos habrán sido los críticos que se lo habrán recordado tras el estreno de "Incidencias". "Tapas" no es quizás una película redonda, pero su calidad humana, la capacidad que tiene de bajar una cámara al pie de calle, a la mesa del bar, al olor a fritos o una terraza con geranios, es algo que marca. Siguieron acertadamente la estela con la serie para televisón "Pelotas", que mereció más fortuna  y continuidad a pesar de arrasar en el share. 

"Incidencias " es innegablemente un cambio de registro que no puede compararse con los trabajos previos de este tándem de directores. Abandonan lo cotidiano, la costumbre, el día a día, para adentrarse en un tren y facturar una película quizá menos humana pero más disparatada. Cuenta con una primera media hora exponencial donde los protagonistas se posicionan en el tablero de juego con interpretaciones de gran calidad esperpéntica. Toni Acosta y Miki Esparbé se revelan exquisitamente histriónicos, así como un Nao Albet que parece pasar de puntillas entre el relevante reparto, pero que interpreta con gran genialidad al hipster catalán Jordi. Carlos Areces no defrauda y tiene esa habilidad de generar expectación con sólo entrar en plano y se da la réplica con un Roberto Álamo que no es común verle en su vis cómica. Algo de lo que sí abusa Ernesto Alterio, quien quizás encarna otro de esos personajes a los que nos tiene acostumbrados. 

Quizá una de las mayores virtudes de Corbacho y Cruz como directores es el hecho de saber mantener un reparto coral sin destellos. No hay interpretaciones que destaquen por encima de otras, no hay actores más protagonistas que otros. Los catorce personajes se mantienen y se empujan en el filo del mismo abismo con igual proceder. Probablemente las tablas de unos y otros sean diferentes, y ahí Lola Dueñas tendría mucho que decir, pero sin embargo nadie pisa a nadie y sin duda, eso es mérito de los actores, pero también del guión y de la tarea de dirección. 

Basada en el guión original de Jaime Bartolomé, quien se documentó hasta la extenuación sobre el mundo ferroviario para narrar situaciones muy negras, "Incidencias" se traslada hacia el genero de la comedia con tintes oscuros con voluntad de hacer reír y pensar. Es una comedia de bofetón, de las que mientras te hace carcajear, te retuerce las tuercas al extraer a la pantalla temas incómodos, con los que arrea sopapos de conciencia. Como el racismo, por ejemplo. Quizá en este tema, la película cae en una falta de inmediatez y profundidad, al tocar este tema con demasiada insistencia y demasiado metraje sin dejar de caer en la reincidencia. Quizá el mayor logro sea no resolverlo y dejar en el aire la duda que todo espectador tiene cuando finaliza la película.   

"Incidencias" se lanza en Alta Velocidad a hacer reír y entretener. Lo consigue bien a ratos, se queda a las puertas en otros. Cierto es que le falta tensión en la catenaria para mantener el empuje y no caer en demasiadas ocasiones en el traqueteo facilonamente bailongo de un tren de cercanías o la cacharrería ensordecedora de un viejo mercancías. Le faltan estaciones por las que pasar y más cambios de vías para prodigar trayectos que den más cohesión a la cinta. 

"Incidencias" es una película sobre la pérdida del control. Sobre el inesperado encuentro de uno mismo en un mundo globalizado y exageradamente conectado y como ese encuentro revela aspectos de la conducta humana que uno desconoce, niega o esconde. El humano se sorprende a si mismo y a otros cuando saca lo peor, lo más austero, lo que ralla lo vergonzoso y lo peligroso, lo que no se quiere que se sepa y lo que sitúa la navaja, el maletín, la llave o la copa en la mano equivocada. Perderse significa saberse. Si eso se hace desde el descontrol, el viaje interno es aún más visceral. Pero las consecuencias de ese viaje pueden ser devastadoras tanto para uno como para su entorno, dejando heridas, muescas, terror y migas donde antes solo había la tranquila espera hasta un destino o una cena de fin de año.