16 nov 2015

Magical Girl

 DIJOUS 19 DE NOVEMBRE A LES 20:30 A LA VIOLETA


Títol Original: Magical Girl
Direcció: Carlos Vermut
Guió: Carlos Vermut
País: Espanya, 2014
Fotografia: Santiago Racaj
Interpretació: Luis Bermejo, Bárbara Lennie, José Sacristán, Israel Elejalde...
Durada: 127 minuts
Versió: Original en espanyol
Gènere: Drama, Thriller, Neo-Noir
Qualificació: No recomanada a menors de 13 anys

Premis 2014:
Goya a Millor Actriu Protagonista: Bárbara Lennie. 7 nominacions.
Festival de San Sebastián: Concha de Oro (millor pel·lícula) i Millor Director

Sinopsi:
Luis, professor de literatura a l’atur, intenta fer realitat l’últim desig de la seva filla Alicia, una nena de 12 anys malalta de càncer terminal: tenir el vestit oficial de la sèrie japonesa de dibuixos animats “Magical Girl Yukiko”. L’elevat preu del vestit portarà a Luis a intentar trobar el diner de manera desesperada quan coneix a Bárbara, una atractiu jove casada que sofreix algun trastorn mental i que, al mateix temps, està relacionada amb Damián, un professor retirat amb un passat obscur. Els tres quedaran atrapats en una xarxa de xantatges i mentides, en el que l’instint i la raó entren en conflicte.



Comentaris professionals:

Perfecta (...) Es el ejercicio de cine más interesante, profundo y cabal que ha conocido el cine espanyol en tiempos”. Luis Martínez: Diario El Mundo.

Consagración de un cineasta total, sin trucos de màgia pero facilidad para el misterio” Daniel de Partearroyo: Cinemanía

Urge constatar la sabiduría con que està elaborada la obra, el sereno equilibrio de una puesta en escena y un tono que hacen pensar en Fritz Lang, la riqueza de detalles, la magnífica labor de sus interpretes...” Jordi Batlle Caminal: Diario La Vanguardia


Puzzle, oscuridad y magia 

crítica de Àngel Andreu

Carlos Vermut (Madrid, 1980) ha sufrido la suerte de convertirse en el punto de mira del “nuevo cine español”. Flamante ganador de la pasada edición del Festival de San Sebastián (2014) con el premio a mejor director y mejor película, el director madrileño confesaba que ahora mismo se sentía un poco abrumado – aunque eternamente agradecido- por el éxito crítico que ha cosechado allí donde se ha estrenado su segundo film: Magical Girl. Abrumado, dice, porque mientras él solo lo pasaba bien y rodaba la historia que quería contar en el momento que necesitaba hacerlo – es decir, mientras él solo hacia cine- resulta que, para los críticos, estaba cocinando la última obra maestra del cine español. Sin quererlo, Carlos Vermut se ha puesto en el centro de toda la prensa especializada, que comparará sus próximos trabajos con el film que hoy nos ocupa. Como decían en una película de un superhéroe enmascarado, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Y precisamente de superhéroes (o de cómo desmontar las películas de esta temática) nació el primer largometraje de Carlos Vermut: Diamond Flash. Film que se estrenó en plataformas digitales y que a causa de su éxito masivo en éstas adquirió la etiqueta de film de culto; producida con apenas 25.000 euros, suponía la primera incursión en la dirección del madrileño, dibujante de cómics y cineasta autodidacta. “Me gustaría contar con más presupuesto, pero si no tengo más remedio que hacer otra película con 25.000 euros, pues ya sé que puede hacerse. No tengo una motivación comercial. Yo hago cine por el puro placer de hacer cine.” Finalmente, Vermut consiguió el doble, 50.000 euros, y de allí y gracias a su pasión por la cultura japonesa, el cómic, referencias del noir, Haneke, Sion Sono e incluso Breaking Bad, nació Magical Girl.




Explicar de qué va Magical Girl es una tarea complicada, pues a la mínima que uno hable demasiado destriparía parte de su intrigante metraje. Sin embargo, se pueden dar ciertas pistas. La primera, el título de la obra, Magical Girl, corresponde a un género de manga japonés sobre niñas que se transforman en hadas. A partir de ahí, Luis, un profesor de literatura en paro, intenta cumplir el último deseo de su hija Alicia: tener el vestido oficial de la serie japonesa “Magical Girl Yukiko”. Ahora bien, el elevado precio de este artículo llevará a Luis a tomar medidas desesperadas y, como consecuencia, conocer a Bárbara, una misteriosa joven casada que sufre trastornos mentales y que, al mismo tiempo, está relacionada de alguna manera con Damián, un antiguo profesor que está en prisión por motivos desconocidos.

A partir de estos tres personajes, Vermut crea un rompecabezas que evoluciona a la par que el espectador va atando cabos de lo que sucede ante sus ojos. O de aquello que no lo hace, pues la importancia de lo oculto, del misterio, de las miradas, de aquello que no se dice y de lo que nos sugiere la imaginación juega un papel fundamental en la película. No erróneamente se ha definido Magical Girl como un puzzle que uno empieza sin referencia alguna, un retrato de la desesperación con crítica social que nos propone situaciones devastadoras donde la bondad y el deseo de hacer el bien siempre se ve truncado por la fatalidad y el desastre. El espectador empieza la película desconcertado, pues no ha visto nada igual en tiempo, pero a medida que pasan los minutos se ve cada vez más inmerso en una historia de mirada fría y aterradora que, no obstante, nos fascina cual truco de magia.



Contra todo pronóstico y con una mano firme que lo convierte, ya en su segundo film, en uno de los cineastas españoles más interesantes de la nueva generación, Carlos Vermut crea una obra maestra donde brillan las interpretaciones, el guión y una utilización del fuera de campo digna de un maestro. Cualquiera criticaría la falta de recursos y la simplicidad de la puesta en escena, pero otros -como el propio director, sus actores y quien escribe estas líneas- defenderán que el cine se basa en (buenas) ideas y no en la parafernalia con la que nos envuelven aquellos productos más “comercialmente americanizados”. Vermut defiende un cine de (oscuras) ideas y deseos y nos demuestra que, si alguien tiene pasión y dedicación, puede conseguir aquello que se propone, sin importar el apellido, los trabajos previos o el respaldo económico-técnico. Y eso, actualmente y en el mundo del cine, es alentador y alabador. Tan sólo le podemos desear que siga igual: atrevido, inteligente, magnífico... y, sobretodo, mágico.