Títol original: Et si on vivait tous ensemble?
Direcció i guió: Stéphane Robelin
País: França i Alemanya, 2011
Fotografia: Dominique Colin
Música: Jean-Philippe Verdin
Muntatge: Patrick Wilfert
Interpretació: Guy Bedos, Daniel Brühl, Geraldine Chaplin, Jane Fonda, Claude Rich, Pierre Richard
Durada: 97 minuts
Versió: original francesa subtitulada en castellà
Calificació: No recomanada per a menors de 7 anys
Sinopsi:Coneixerem Annie, Jean, Claude, Albert i Jeanne, amics des de fa més de 40 anys. Quan la memòria falla, el cor es descontrola i apareix el fantasma de la residència d'avis, ells es rebel·len i decideixen anar a viure junts. Sens dubte, una bogeria. Però encara que la manca d'espai molesti i desperti vells records, comença una genial aventura: compartir casa als 75 anys.

Excessif ****
Té la gosadia de tractar un tema difícil amb simplicitat, realisme i humor, escombrant tabús. Convenç.
Le Point ****
Aquesta comèdia toca amb subtilesa i alegria una mica del que no se sol parlar: la vellesa.
Marianne ****
Una pel·lícula viva, divertida i commovedora.
Metro ****
Una pel·lícula commovedora que regala somriures.
Le Figaroscope ****
Una comèdia dramàtica que trenca tots els tabús sobre la vellesa.
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Una comuna de la tercera
edad
Por Marius
¿Y si vivimos todos juntos?
es el segundo largometraje de Stéphane Robelin, guionista, realizador de
cortometrajes y de documentales para TV.
Se trata de un discurso
sobre la dicotomía entre juventud y vejez, salud y enfermedad, vida y muerte.
Su estilo muestra esa seductora mezcla de comedia y drama en la que el cine
francés se muestra casi siempre muy acertado.
La historia está bastante
suavizada ya que
muchos aspectos de la vida real son bastante más crueles y
amargos que la forma en que vienen representados en este relato de ficción, de
manera que predomina un cierto tono optimista y benevolente fruto de una visión
tan generosa e irónica sobre el ser humano con sus virtudes y sus flaquezas,
subrayando aspectos como la amistad, el sexo, la comida, el amor, etc.
Robelin confiesa haber hecho
este film -una coproducción franco-germana- movido por dos
razones
fundamentales: reunir en un relato coral a un grupo de conocidos actores
maduros y recordar con afecto a sus propios abuelos en su progresivo
envejecimiento, poniendo de relieve que son pocas las personas que se preparan,
tanto física como psicológicamente, para vivir felizmente a partir de la
jubilación y, sobre todo, en la ancianidad. Un hecho agravado en los últimos
tiempos cuando los hijos ya no suelen ocuparse personalmente de sus padres
incapacitados por diversos motivos.
"¿Y si vivimos todos
juntos?" aborda también
un tema generalmente silenciado como es el de la
sexualidad de los ancianos y lo hace con realismo y valentía ya que los
personajes no son inválidos sino seres afectados por los años o por alguna
grave enfermedad. Con escenarios y decorados que evitan todo rasgo de
modernidad, de un estilo burgués acorde con la edad y la clase social de los
protagonistas, la película es a la vez un testimonio del declive vital de los
seres humanos y una propuesta esperanzadora -dominada por el humor- dirigida a
atemperar
los aspectos más tristes de la existencia.
Pero no sin razón se podría
acusar al film de ser excesivamente idealista ya que revivir el espíritu
libertario y comunitario de los revolucionarios años 60-70 en personas que
queman la última etapa de su vida es un argumento utópico que no encaja con la
dureza y exigencia del mundo actual.
Por
Fausto Fernández
Aunque
parezca que la indignación actual compete solamente a la juventud, la verdad es
que es cosa de todos, y muy especialmente también de nuestros mayores, si acaso
más en la cuerda floja que el resto en este fin del mundo que vivimos. De
momento, contra esa indignación aparece la comedia. Comedia es ¿Y si vivimos
todos juntos?, pero también una pequeña lección a todos los que o somos
jóvenes o lo fuimos no hace mucho, sobre la atemporalidad del espíritu
revolucionario, de las ganas de vivir, y de las ganas de pasárselo bien… en la
cama.
Rebeldes septuagenarios, los cinco protagonistas de esta coral variación "Tercera Edad" de la capriana Vive como quieras, deciden no ser relegados por el sistema (en el asilo, vamos) y vivir juntos en una suerte de comuna donde sus achaques, miedos y deseos (y su sentido puñetero del humor) les harán más fuertes ante lo que se halla fuera de su casa, y más allá de su última estación en la vida.
Stéphane Robelin, el director, aprovecha el background vital de su reparto, y es ahí donde la comedia sube enteros: ver a Jane Fonda
bromear sobre los revolucionarios años 60 y sobre el envejecimiento, no tiene
precio. Y el resto (Claude Rich, Geraldine Chaplin, Guy Bedos y Pierre Richard)
parecen asimismo reflexionar irónicamente sobre sus carreras y su propia vejez,
mientras van dejando caer perlas sociopolíticas que no tienen desperdicio.
Sobra el contrapunto juvenil de Daniel Brühl, o al menos sobra tal como lo
plantea la película, y acaso el gancho respecto al sexo gerontófilo se quede solamente en eso, en gancho, aunque la escena de la Chaplin no diria yo que no se merezca una Zona Caliente. Y es que, a veces en el cine, lo más veterano es lo más joven.