DIJOUS 21 D'ABRIL A LES 20:30 A LA VIOLETA
Títol
Original: Ilo Ilo
Direcció
i guió: Anthony Chen
País:
Singapur, 2013
Fotografía:
Benoit Soler
Interpretació:
Yeon Yann Yann, Chen Tian Wen,
Angeli Bayani...
Durada:
99 min.
Qualificació:
No recomanada a menors de 7 anys
Sinopsi: Finals
de la dècada dels 90, a Singapur, una família adinerada de tres
membres -marit, muller i fill- rep a casa seva a Teresa, una dona
filipina que ha vingut a la ciutat buscant una vida millor. Tota la
família haurà d'adaptar-se a la presència de la Teresa, que altera
encara més una situació ja tensa, però els vincles d'afecte i
estima que es formaran entre el petit de la casa i la nova inquilina
lluitaran per sobreposar-se davant les adversitats.
Premis:
2013:
Festival de Cannes: Càmera
d'Or (millor òpera prima)
2013:
Festival de Gijón: Secció
oficial llargmetratges a competició.
Comentaris
professionals:
“Irresistible incluso para
aquellos que abominan de películas con niño, Chen disfraza un
angustioso drama social de delicada comedia costumbrista.”
Puntuación: **** (sobre 5)
Phillip Engel
Fotogramas
“Retratos de Familia está llena
de dulzura, humor y humanidad: de manera tan segura y bien conseguida
que es difícil creer que este es un primer largometraje. Puntuación:
**** (sobre 5)
Peter Bradshaw
The Guardian
Retratos de luz y soledad
crítica de Àngel Andreu
Quince minutos de ovación tras su final y con la Cámara de Oro a la
mejor Ópera Prima en el Festival de Cannes, donde fue estrenada. Con
estas credenciales – y dos años de retraso- llegó a pantallas
nacionales Retratos de familia (Ilo Ilo, 2013), debut en el
largometraje del singapurense Anthony Chen, enésima aproximación
del séptimo arte a la crisis económica que todavía causa estragos
en la sociedad actual, pero no por ello menos irresistible.
Contextualizada a finales de la década de los 90 en Singapur, en
plena recesión económica asiática, la cinta nos presenta a una
familia que acaba de contratar a una trabajadora filipina, Teresa,
para que se haga cargo de las tareas del hogar. Esta familia está
formada por tres miembros: la madre, embarazada de un segundo bebé y
realizando horas extras en su puesto de trabajo, el padre, vendedor
poco avispado pero con 15 años de experiencia, y el pequeño Jiale,
un chico de apenas 12 años algo problemático desde que sus padres
no están tanto por él. La tarea de Teresa no consistirá solo en
tener la casa lista, sino también en cuidar y ganarse la confianza
del pequeño de la casa.
Basada en los recuerdos de infancia del director, Chen nos presenta
un fragmento de vida situado 20 años atrás, pero que no dista en
absoluto de la situación en la que se ven enfrentadas muchas familias
de la clase media actual. Basculando con extrema naturalidad entre el
drama familiar, el cine de temática social y la comedia
costumbrista, Retratos de Familia presume de una concisión y
precisión admirables, donde en poco más de hora y media de metraje
se abordan temas como la inmigración, las relaciones
materno-filiales, la complicada situación socioeconómica y sus
causas más directas, al mismo tiempo que se nos dan lecciones de
humanidad.
Porque ahí reside la magnificencia de esta película: en la luz. Alejándose del melodrama, así como de los clichés tremendistas a los que nos tiene acostumbrado el cine de carácter social, Chen construye un relato basado en las acciones, las miradas y los pequeños gestos centrándose en la relación que se establece entre el pequeño Jiale y la filipina Teresa. Basculando entre la risa y el drama, pero sin ocultar aquella realidad donde viven nuestros protagonistas – xenofobia, muertes, problemas económicos, evitar caer en la vergüenza de confesar la pérdida de un trabajo o, peor todavía, de la fe...- el film nos ilumina con rayos de ternura y compasión, veracidad y naturalidad para acabar entendiendo todos los puntos de vista de este retrato familiar que bien podría ser el nuestro. Su cámara busca la verdad, sin golpes de efecto, sin trucos.
Al terminar, una sonrisa y un atisbo de esperanza recorre nuestra
mente, al mismo tiempo que tenemos la sensación no sólo de haber
visto una película inteligente y cariñosa, si no de haber vivido
una temporada con estos personajes que aparecen en pantalla. Cine
con corazón, tanto como de reflexión.
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